Viaje en el tiempo:
Los secretos de la banda sonora
de
"Origen"
--- Atención: si no has visto la película te aconsejamos no leer el siguiente artículo ya que podría estropearte el filme. ---
Uno de los elementos más destacados de la película "Origen"
(Inception) es su música, y no sólo por su práctica omnipresencia en
el filme. Lo que hace interesante a esta banda sonora minimalista, a
medio camino entre la música electrónica y la orquestal, son los
secretos que yacen en su estructura. A continuación, exploramos esa
otra dimensión que aporta la música a esta original aventura.
Compuesta por Hans Zimmer ('El rey león', 'Gladiator', 'El caballero
oscuro'), la banda sonora de "Origen" debía cumplir en principio con
el interés de su director, Christopher Nolan, de suministrar el
corazón de la película y, de paso, orientar al espectador dentro de
su laberíntica trama. Tras leer el guión y conversar largo y tendido
con Nolan, la partitura terminaría siendo la versión de "Origen"
según Zimmer.
Todo parece indicar que fue el propio director el que quiso que así
fuera. Aunque el músico alemán estuvo presente en algunos momentos
de la filmación, Nolan le pidió que terminara la banda sonora
mientras aún rodaba y, una vez terminado el rodaje, no quiso que el
compositor viera la película hasta concluir el montaje (música
incluida).
En el guión, que Nolan tardó diez años en escribir, el cineasta
incluía la canción "Non, je ne regrette rien" (No, no me lamento de
nada) en más de una ocasión refiriéndose a ella como una frase
tarareada. El tema, compuesto por Charles Dumont con letra de Michel
Vaucaire, fue popularizado en 1960 por Edith Piaf. Sin embargo, la
versión que tenían de referencia estaba tan deteriorada que a Zimmer
le sonaba como una grabación de los tiempos de la Segunda Guerra
Mundial, hecho que capturó la imaginación del músico y del director.
"Non, je ne regrette rien" se emplea en "Origen" fundamentalmente
como llamada a los protagonistas para salir de sus sueños. Sin
embargo, el tema no fue escogido al azar por Nolan ya que su letra
permitía una segunda lectura que enlazaba con la parte emocional de
la película y el drama de su protagonista, Cobb (Leonardo DiCaprio).
Recordemos que Nolan escribe en inglés y que la traducción de
'regrette' a este idioma es 'regret' (lamento), que el diccionario
Merriam-Webster define como "acongojarse por la pérdida o la muerte
de...; echar mucho en falta; estar afligido por..." y, "una tristeza
evocada por circunstancias más allá de nuestro control o capacidad
para repararlas".
Aunque "Non, je ne regrette rien" fue parte de la historia desde un
principio, la posterior elección de Marion Cotillard para
interpretar a Mal, la esposa de Cobb, hizo dudar a Nolan. Pensó
incluso omitirla ya que la actriz francesa había obtenido un Oscar
por su interpretación de Edith Piaf en "La vie en rose" y podría
malentenderse como una asociación intencionada. Afortunadamente,
Zimmer le convenció para que no la eliminara del proyecto.
"Origen" es una historia que habla del mundo de los sueños, además
de contar una historia de amor conectada a un conflicto íntimo de su
protagonista. Estas características son las que definirían la triple
utilización de la conocida canción francesa en la banda sonora.
La primera de ellas es su uso, como decíamos anteriormente, como
canción para llamar a los soñadores a que salgan de sus sueños. Para
ello se utiliza su introducción y primera estrofa. Esta última
también figura en una de las piezas de la banda sonora titulada
"Waiting for a Train" (Esperando a un Tren).
La segunda utilización vino dada por la decisión de Zimmer de
extraer dos notas de la introducción con la intención de
manipularlas, de manera que se convirtieran en expresión de los
diferentes niveles de captación del paso del tiempo. Esto se
menciona en la película cuando uno de los personajes comenta cómo en
apenas pocos minutos podemos vivir un sueño que parece durar horas y
cómo al pasar de un sueño a otro más profundo dicho efecto se
multiplica. Esto hizo que Zimmer cayera en la cuenta de que, más
allá de los sueños, el filme de Nolan era un viaje en el tiempo.
Este descubrimiento sería también determinante en la estructura de
la partitura y en el tercer uso de la canción francesa.
Así pues, tomando como base la interacción entre los diversos
niveles de sueño y sus intrínsecas vivencias del paso del tiempo
-sin olvidar la historia de amor-, Zimmer comenzó a jugar
musicalmente con todo ello. Según contó en una entrevista en el
periódico New York Times, encontró la grabación original de "Non, je
ne regrette rien" en los Archivos Nacionales franceses y encargó que
se extrajeran las dos notas digitalmente (muestreo) para,
posteriormente, manipularlas de varias maneras para su inserción en
la banda sonora.
Estas dos notas han terminado siendo quizás las más reconocibles y
memorables de toda la película. Al haberlas ralentizado y bajado de
octava se convierten en una especie de sirenas de barco que Zimmer
ha utilizado para señalar el paso a otro nivel de los sueños, además
de reflejar el efecto más lento del tiempo en dicho nivel. Las
escuchamos por primera vez en "Half Remembered Dream" (sueño
recordado a medias), tema que abre la banda sonora y la película, y
donde se las escucha acompañadas de otros metales grabados en el
estudio (ante todo trombones). Aunque estos 'golpes de sirena'
pudieran recordarnos a la banda sonora de "Shutter Island", también
protagonizada por Leonardo DiCaprio, no existe ninguna conexión. Más
adelante, volveremos a escuchar estas notas varias veces dentro de
la banda sonora con su velocidad y/u octava alteradas de diversas
maneras.
Pocos días después de su estreno en Estados Unidos, un melómano bajo
seudónimo Camiam231 (o quizás alguien del departamento de publicidad
de Warner Bros.) fue el primero en señalar la curiosa relación entre
las dos notas de "Non, je ne regrette rien" y la banda sonora,
publicando para ello un vídeo en YouTube. En éste se escucha
claramente la similitud entre las dos notas ralentizadas y los
acordes de los metales en la partitura de Zimmer.
Aquí tienes el vídeo que hemos subtitulado para facilitar su
comprensión.
A raíz de esto, Zimmer confirmó que las dos notas fueron de hecho
extraídas digitalmente de la grabación original e introducidas, tras
varias manipulaciones, en la banda sonora. Comentó, además, que
nunca se pretendió que aquello fuera un secreto.
Ahora bien, lo que añade otro matiz interesante a este tema que abre
la película y que contiene dichas dos notas es que su música
comienza a escucharse nada más aparecer los logotipos, antes incluso
de la primera escena. Según explica Zimmer en una entrevista con
InContention.com, "Desde el principio estamos contando la historia,
y nadie se da cuenta hasta que ve [la película] una segunda vez. Lo
que escucháis sobre los logotipos es en realidad la música
explicando la acción que no se ve en la pantalla, cosas que han
ocurrido con anterioridad". Y, he aquí la otra vuelta de tuerca: la
primera nota que se escucha cuando comienza la banda sonora es,
curiosamente, la última del filme aunque en otra tonalidad. El tema
final de "Origen" se llama "Time" (Tiempo).
Una vez que Zimmer tuvo claro que "Non, je ne regrette rien" era
parte fundamental de la historia, tanto en su conexión con los
sueños como con la atormentadora historia de amor que hay en su
núcleo, el compositor se planteó ir más allá y seguir explorando el
viaje en el tiempo que había descubierto. Así, y como señaló también
al New York Times, decidió construir toda la banda sonora basándose
en multiplicaciones y divisiones del tempo de diversas partes de
dicha canción. Hablando sobre su experiencia personal, Zimmer
confesó a InContention.com, "Lo maravilloso para el niño en mí fue
sentir que podía jugar con las ideas de diferentes tempos y
diferentes capas, y crear una banda sonora que era un cubo de
Rubik".
Otra característica interesante acerca de la banda sonora de "Origen"
es que, si bien a menudo se utilizan sintetizadores para emular
instrumentos acústicos, en este caso el proceso fue al contrario. Es
decir, Zimmer compuso paisajes sonoros abstractos con sintetizadores
que luego se orquestaban para que los imitara la orquesta.
Para este híbrido fueron esenciales las aportaciones de Johnny Marr,
ex guitarra de The Smiths y ahora en la banda Modest Mouse, y Mel
Wesson, usual colaborador de Zimmer. Marr fue el encargado de
interpretar las partes que se habían escrito para la guitarra
eléctrica. Zimmer comenta que mientras componía la partitura para la
guitarra escuchaba un sonido en su mente que luego reconoció como el
estilo de Marr, por lo que le invitó a unirse al proyecto. Wesson,
por su parte, se encargó de lo que los créditos del álbum de la
banda sonora denomina 'Diseño de la Música Ambient'. En otras
palabras, todos los ronroneos sintetizados que sirven de trasfondo
ambiental a la partitura.
El resultado, en definitiva, es una banda sonora intensa que explica
desde un principio y a su manera todos los elementos de la historia.
La música la envuelve con un aire denso que evoca al cine negro,
pero también con nostalgia y tristeza que a veces desembocan en
pasajes ominosos y atormentados. La banda sonora es un poema
sinfónico de vida propia que describe la psique del protagonista y
sus retos. Este es el corazón que esperaba el director. Pero también
es la clave que nos sitúa en la entrada o salida de los sueños, la
guía sonora del intricado mundo creado por Nolan, la otra parte del
encargo. Toda una expresión en sonidos del viaje emocional de ese
'sueño recordado a medias' con que comienza "Origen".
Como dijo Zimmer a popmatters.com, "... Lo que la banda sonora está
intentando hacer es preguntar y abrir puertas para permitiros entrar
como espectadores, en vez de deciros qué sentir o daros las
respuestas". Zimmer explica que Nolan no esconde nada en la película
y que tampoco lo hace la música. La clave está en el contexto. Quien
dé con la clave dará con la esencia de "Origen", y eso es lo que el
espectador difícilmente logra descifrar en su primera visualización
de la película.
De igual manera, una primera escucha o audición casual de la banda
sonora podría dar la impresión de que ésta es poco interesante,
incluso repetitiva, pero nunca más lejos, es necesario escucharla
varias veces y con detenimiento para dejar que nos revele sus otros
matices y valores en principio imperceptibles.