SINOPSIS
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Walt Disney y Jerry Bruckheimer, el equipo que llevó "Piratas del
Caribe" a la gran pantalla, nos trae ahora "Prince of Persia: Las
Arenas del Tiempo", una aventura
que tiene lugar en la mítica tierra de Persia.
Jake Gyllenhaal
interpreta a un príncipe que se ve forzado a unirse a una misteriosa
princesa (Gemma Arterton) para enfrentarse a fuerzas oscuras con el fin
de salvaguardar una antigua daga capaz de liberar las Arenas del Tiempo, un regalo de los dioses que puede volver atrás el tiempo y otorga a su
dueño el poder sobre el mundo.
© Walt Disney Pictures.
CRITICA
- El exitoso productor Jerry Bruckheimer nos trae en "Prince of Persia:
Las Arenas del Tiempo" otra de sus aventuras cinematográficas de
cara al verano para acompañar con palomitas de maíz.
El filme está basado en el popular
videojuego "Prince of Persia" que creara Jordan Mechner, un juego en el
que su protagonista va dando saltos de un sitio a otro y
camina por las paredes. La película refleja esto mismo
en
escenas donde el personaje principal, Dastan, interpretado por un
corpulento pero 'buenote' Jake Gyllenhaal, pone a prueba sus destrezas
acrobáticas y, al mismo tiempo, nosotros nuestra suspensión de credulidad.
Dastan es un joven de origen humilde al que el
rey Sharaman adoptó convirtiéndose en su tercer hijo. Años
más tarde lidera el ataque a
la pacífica ciudad de Alamut, siguiendo la noticia de que allí se están
acumulando armas. En el proceso se hace con
una antigua daga misteriosa que esconde un secreto: la arena que
contiene su empuñadura tiene el poder de invertir el tiempo.
Poco después de ser conquistada, el
rey Sharaman llega a Alamut, ciudad donde encuentra la muerte. Dastan,
su hijo adoptivo, es culpado de ello viéndose obligado a huir para poder
buscar la manera de demostrar su inocencia. La princesa de Alamut, Tamina
(Gemma Arterton), le acompañará en esta aventura. En el camino, Dastan descubrirá los secretos que
la daga contiene, su poder sobre las
Arenas del Tiempo y la conexión que con todo ello tiene la princesa.
Si algo destaca en "Prince of Persia" es la excelente fotografía (ver algunas de las imágenes
que hemos escogido como muestra), imaginamos que para establecer aún más
paralelismos con el videojuego cuyos escenarios y colorido suelen estar
sumamente
cuidados. El guión, por el contrario, es cosa aparte: cuenta una
historia de corte demasiado clásico y los diálogos dejan mucho que desear, hasta al punto de
considerarlos no aptos para mayores de 14 años. Da auténtica pena ver a un
actor de la categoría de Alfred Molina diciendo las
tonterías que dice su personaje. Ben Kinsley, que interpreta a Nizam, el
hermano del rey, logra apenas salvarse de
esto. Además, los diálogos de lo que se supone es una relación de
amor/odio entre los dos protagonistas, Dastan y la misteriosa princesa
Tamina, son anticuados y carecen de la chispa necesaria para dotarlos de credibilidad o
química.
Con todo ello, el personaje que interpreta Arterton queda reducido a bidimensional y su
presencia a meramente un recurso para adornar la pantalla.
Curiosamente, es el mismo tipo de papel que la vimos hacer en "Furia de
Titanes". Tendremos que esperar, por tanto, al estreno de "La Desaparición de Alice
Creed" (The Disappearance of Alice Creed) para verla cambiar de
tesitura.
Pero eso no es todo, "Prince of Persia" es aún más kitsch
gracias a los decorados del palacio -a leguas se nota que lo son- y los
efectos especiales. Si bien los utilizados para ilustrar la actividad de
la daga mágica podrían considerarse aceptables, los de la lucha final
resultan antiguos. Y es que "Prince of Persia" es ante todo un entretenimiento
con poca sustancia que muy pronto pasará a la historia. Puestos a
escoger, nos quedamos con el videojuego, ya que el "Prince of Persia" de Bruckheimer
no ha sido ni mucho menos una de sus mejores producciones.
"Prince of Persia: Las Arenas del Tiempo" se estrena en España el
21 de mayo del 2010, en Estados Unidos y el Reino Unido el 28. Para
fechas de exhibición en tu ciudad, consulta la cartelera local.
© 2010 Freddy Vicioso-Galán.